viernes, 27 de enero de 2012

Estan Vivos, de John Carpenter

Se conoce como la "Triple C" a un trío de directores considerados como referencia del cine de terror moderno: Wes Craven, David Cronenberg y John Carpenter. Es precisamente de este último de quién quisiera hablar, para referirme a una de sus películas mas curiosas. Una película considerada "de culto", que, aparte de tratar el clásico tema de la invasión alienígena, cuenta con una considerable carga de crítica social, y cuya forma de imaginar en 1988 el escenario de como sería el futuro próximo (nuestro presente) puede hacer caer esa gota de sudor frio por el cogote. Se trata de la inquietante Estan Vivos (They Live.)

Como dice el dicho, todo depende del color del cristal con que se mira...

Estan Vivos es una película que forma parte de un momento de la carrera de Carpenter en que había perdido el favor de los grandes productores, después de algún que otro sonado fracaso en taquilla, y se vio forzado a tener que lidiar con presupuestos mas modestos. La película tiene en consecuencia ese particular aire de serie B, potenciado por la inclusión del blanco y negro en los momentos clave de la aparición de los alienígenas. Carpenter eligió al luchador Roddy Piper para encarnar al protagonista, en parte porque, al igual que el personaje de ficción, también él arrastraba una castigada biografía a sus espaldas.


Ahora toca iniciar el resumen del argumento con una de esas frases tan tópicas, pero antes de hacerlo, he de recordar que esta película es de 1988. Carpenter estaba hablando del futuro. Es que como la ciencia-ficción tiene esa enojosa tendencia a convertirse en realidad, a veces, como en este caso, hay que recordar este detalle. Porque si no lo que viene ahora va a sonar a chiste sin nada de gracia...

A continuación se desvelan detalles de la trama 

Pues eso, que en un futuro de esos que están ahí a la vuelta de la esquina, los Estados Unidos han caido en una profunda recesión económica, causada por la quiebra de algunos grandes bancos sin especificar (vamos, es que solo hubiera faltado que se mencionara expresamente a Lehman Brothers. Era para preguntarle a Carpenter donde guarda la bola de cristal.) y todo es pobreza, desempleo y miseria. Como iba diciendo, en ese escenario que en el 88 sin duda era el colmo de lo apocalíptico, pero que hoy día tiene tanto de futurista como mirar por la ventana, llega a un campamento chabolista el protagonista de la película, un anónimo vagabundo del que en ningún momento sabremos como se llama. Contratado como peón en una obra cercana, pronto le llama la atención el continuo movimiento de personas alrededor de una misión religiosa contigua al campamento, incluso a altas horas de la noche.

Intrigado, pregunta a uno de los voluntarios de dicha congregación que trabaja asistiendo a los habitantes de las chabolas, pero este le contesta con evasivas, así que decide colarse a hurtadillas en la misión, descubriendo que esta es en realidad la tapadera de alguna clase de grupo clandestino. Nuestro protagonista sin nombre descubre un escondrijo disimulado en la pared, pero antes de poder averiguar lo que se esconde ahí, la llegada del pastor de la congregación (un ciego amigo de los sermones apocalípticos) le obliga a huir. Esa misma noche llegan varios coches a la misión para recoger a los ocupantes de la misma, y huir a toda velocidad tras cargar varios paquetes. No tarda mucho en llegar un amplio despliegue policial, y mientras un grupo de agentes asalta el edificio de la misión, una brigada de antidisturbios desaloja el campamento chabolista con gran despliegue de violencia gratuita.

Si no has hecho el ejercicio mental de imaginar que estas en 1988, te estarás preguntando que tiene esto de ciencia-ficción, si eso de la miseria y la represión policial son hoy día moneda corriente. Bien, ahora viene la parte fantasiosa. Al dia siguiente, mientras los habitantes del campamento arrasado tratan de recuperar algunas pertenencias, nuestro protagonista se cuela en el abandonado edificio de la misión, localiza el escondrijo (milagrosamente intacto) del día anterior y rescata un paquete que había quedado abandonado tras la huida. Se lo lleva a un callejón apartado, y al abrirlo, cual no sera su frustración al ver que solo contiene gafas de sol. Lo arroja a un cubo de basura, no sin antes guardarse uno de los pares, sale del callejón, se decide a probarse sus nuevas gafas de sol... y de repente la ciudad que tiene frente a sus ojos se transforma en una pesadilla orwelliana.

La ciudad, vista a traves de las gafas de sol.

Al ponerse las gafas, todas las imágenes de carteles, vallas publicitarias, portadas de revistas... desaparecen, revelando mensajes subliminares habilmente escondidos en ellas, con ordenes claras y precisas: consume, obedece, no pienses, sometete... los mensajes ocultos estan por todas partes, incluso en los billetes de dólar, que esconden el mensaje "este es tu dios". Pero esto no es lo mas escalofriante que nuestro protagonista va a descubrir gracias a las gafas.

Están entre nosotros...

En efecto, mientras esta hojeando una revista llena de esos mensajes ocultos en un kiosco, el protagonista se ve sorprendido por la llegada de un ser de aspecto cadavérico que, como si tal cosa, compra el periódico del día. Evidentemente, sin el filtro de las gafas, su aspecto es complétamente humano. Pronto descubrirá que la ciudad esta llena de estos seres, alienígenas que, haciendose pasar por humanos, se han ido infiltrando en los puestos claves de la sociedad. Al principio nuestro protagonista intentará hacer la guerra por su cuenta. Obviamente lo único que conseguirá es convertirse en objetivo de una persecución despiadada, momento en que intentará el único movimiento lógico: tratar de encontrar a la gente que ha fabricado esas gafas...

Fin de la zona de peligro de spoilers

Uno de los efectos mas remarcables de esta película es el uso que hace Carpenter del blanco y negro. Para que el espectador perciba que la escena que esta viendo en ese momento tiene el filtro de las gafas, Carpenter la rueda en blanco y negro. Esto hace que prácticamente en todos los pasajes en los que aparecen alienígenas, la acción este en blanco y negro, lo que le da un aire de vieja pelicula de monstruos de los años 50. De hecho, en su momento Carpenter aprovechó este detalle para lanzar una sarcástica crítica contra el magnate televisivo Ted Turner, que por aquellos tiempos había puesto de moda una técnica para colorear artificalmente viejas películas rodadas en blanco y negro.

Tambien es necesario poner en el contexto de su tiempo el argumento de la película. El presentar una situación social tan parecida a nuestro presente no es casual, sino fruto de la aversión que Carpenter sentía hacia el sistema de valores imperante a finales de los ochenta, con la exaltación de la cultura del dinero fácil, la figura del "yuppie" y el consumismo como método de afirmación personal. Al respecto Carpenter comentó: «Comencé a ver la TV de nuevo. Rápidamente comprendí que todo lo que vemos está diseñado para vendernos algo... Es todo sobre nuestro deseo de comprar algo. La única cosa que ellos quieren hacer es llevarse nuestro dinero». No hace falta ser muy perspicaz para apreciar hacia que sector social dirige su crítica la película, desde luego.

Otra cosa a comentar es que esta película es ampliamente apreciada por los seguidores de teorias de la conspiración, que acostumbran a verla como una metáfora de sus postulados. No cabe duda de que el argumento de la película hace fácil imaginar que esos extraterrestres con rostro cadavérico son un símbolo para representar a esos oscuros grupos que, según dichas teorías, manejan los hilos de la historia siempre con sus propios intereses de casta en mente, indiferentes al sufrimiento de un pueblo llano al que esclavizan discretamente.

En resumen, una película entretenida y a veces inquietante, que compensa con su contenido de crítica social un quizá demasiado simplista planteamiento de la trama si la juzgamos estríctamente como película de acción.

1 comentario:

  1. El rubiales que hacía de protagonista tenía tan poco carisma que al final caía bien y todo.

    No hace mucho la volví a ver y el discurso sigue presente (los fx quedan ochenteros pero con encanto).

    Un saludete Akrata :)

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